martes, 14 de junio de 2011

HEIDI LLAMANDO A PEDRO

Son muchos los lugares públicos, donde se ruega a la gente que desconecte sus teléfonos móviles, para que no interrumpan ni molesten con su sonido. Eso, lógicamente, se sobrentiende en las consultas médicas.

En general, la gente se olvida de apagar sus teléfonos y piden excusas cuando suenan; en otras ocasiones se olvidan de que están en consulta y se ponen a hablar como cotorras, cosa que es, evidentemente, de muy mala educación. He escuchado conversaciones en español, árabe y chino.

En una ocasión entra en consulta un paciente con dolor de garganta. Le debió sonar el móvil, que llevaba en el bolsillo de la camisa entrando por la puerta y, seguramente, apretó el botón de encendido en lugar de apagado. El médico se acerca con la linterna y el depresor.

_Abra la boca _le dice.

Al abrirla se oye: "¡Pedro!, ¡Pedro!". El doctor se retira un poco, sin saber si realmente había oído aquello o no. Se acerca de nuevo.

_ A ver, abra la boca _repite.

Y vuelve a oir: "¡Pedro!, ¡Pedro!, ¿estás ahí?". Mira por detrás del paciente para ver de dónde viene esa voz; y otra vez, cuando el paciente vuelve a abrir la boca, escucha: "¡Pedroooo!, ¡Pedrooooo!".

_Pero ¿está usted oyendo Pedro, Pedro? _pregunta el médico.
_¡Uy! perdone, Pedro soy yo, debe ser que tengo abierto el móvil, un segundo que lo apago.

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