martes, 7 de junio de 2011

DIÁLOGO DE BESUGOS

Uno de los problemas con el que nos enfrentamos al hacer la historia clínica o la exploración a los pacientes que nos consultan es que padezcan sordera o que desconozcan el castellano. Hay que poner mucha atención o si no, puedes cometer errores de interpretación.

Le pregunto a Juan (un paciente mayor con neumonía):
_Y la tensión ¿qué tal?
_¡Uy! hija la pensión muy pequeña, gracias a unos ahorrillos...
A un paciente extranjero:
_¿Le duele la cabeza?. Me toco la cabeza y pongo gesto de retortijón, el paciente mira a su acompañante y pone cara de no entender nada.

Si viene un paciente sordo sin audífono le hago las preguntas en un tono tan alto que toda la sala de espera se entera de lo que le pasa.

En una ocasión atendí a un paciente sordomudo que vino a mi consulta de urgencias por picores. Anteriormente ya había consultado varias veces por lo mismo y le habían puesto distintos tratamientos, incluída una inyección de URBASON. A fuerza de leerle los labios me enteré de que los picores los tenía en sus partes, le exploro, y resultado: ladillas. ¡Ay! pobre.

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