domingo, 29 de mayo de 2011

¡ MARCHANDO UNA DE PARTOS!

Cuando yo era médico interno residente, roté por el Servicio de Ginecología y atendí junto con las matronas algunos partos. Asistir un parto no es difícil cuando todo va bien.

Después pasan los años y en los Centros de Salud urbanos en los que he trabajado nunca hubo ningún parto, por lo cual dejas de verlo como algo sencillo y te conviertes en un profano más en la materia. Ahora que pertenezco a un Centro de Salud rural, con muchas pacientes extranjeras, cada dos por tres recala una parturienta en la consulta.

¿Habéis visto las ciruelas maduras cómo se caen del árbol? pues así se les caen a ellas los niños; y eso ocurre porque son jóvenes, multíparas y porque esperan hasta muy tarde para acudir al hospital, las malas lenguas aseguran que es para que las bajen en ambulancia a la capital pero creo que es más porque las mujeres se enfrentan al embarazo y al parto de forma diferente según las distintas culturas.

La semana pasada viene a urgencias una mujer con una gran barriga; antes de nada, al verla tan a término, el médico le pregunta que de cuántos meses está.
_Pues de ocho o nueve _responde la paciente.
_Pero ¿cómo de ocho o nueve? o de veinte como las elefantas (cavila el médico).Y le pregunta:
_Pero ¿no te has hecho controles ni ecografías?
_Pues no _responde ella.
_Bueno y ¿qué te pasa? _dice el médico
_Que me duele la tripa _contesta.

¡¡¡La pucha!!! _que diría Mafalda_ mi compañero sale pitando en busca de nuestra matrona (menos mal que si que estaba) y efectivamente la paciente está de parto pero puede llegar al hospital sin problemas.

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