domingo, 17 de julio de 2011

Y EL PAJARITO ALZÓ EL VUELO

Cuando eres residente de medicina, mujer y tienes 24 años, las historias de las vidas de los pacientes te acaban importando más que los motivos por los que acuden a Urgencias.

No recuerdo su nombre pero tenía más de 80 años, era una mujer alta, aún con buen tipo, bien vestida y los labios superpintados. Me llamó la atención el hombre que la acompañaba que también era alto, bien parecido y vestía un traje color beige, casi blanco, a juego con su pelo cano.

El motivo de la urgencia fue un dolor torácico que ella padecía desde hacía unos días; acudió al hospital porque, según dijo, no quería morirse de ninguna de las maneras, ni de infarto ni de ninguna otra cosa, ya que aseguraba estar viviendo, desde hacía un tiempo, la etapa más feliz de su vida junto al hombre al que había amado desde joven y por el que había esperado más de cuarenta años.

Ese hombre,el que la acompañaba, se había casado con otra mujer con la que tuvo varios hijos; ella por su parte, se había casado con un notario por despecho pero nunca se llegó a consumar el matrimonio, ya que, según contaba, seguía enamorada de aquél otro hombre y además su marido "no sabía ni besar"(creo que me quiso dar a entender que el notario era gay). Quiso dar marcha atrás a ese matrimonio fallido, intentando obtener la nulidad eclesiástica (eran otros tiempos), por lo que tuvo que enseñar "el pajarito" ( así es como lo llamaba ella) a los peritos médicos que hubieron de certificar la no consumación de aquél desdichado enlace.

Tras muchos años separados y habiendo él enviudado, el hombre de beige y la mujer de los labios pintados volvieron a encontrarse en la tierra que los vio nacer, y desde entonces vivían juntos y felices. No me atreví a preguntarle a ella si "el pajarito" había alzado el vuelo, pero supuse que sí.

Su historia era tan romántica que nos enfrascamos en ella y tras una hora de conversación llegaron los resultados de las pruebas pedidas (EKG, analítica,etc ). Se le diagnosticó un dolor torácico inespecífico. Ella sacó su barra de labios, se los pintó con mucho cuidado y se marchó del brazo de su hombre, haciendo la pareja más hermosa que había visto nunca.

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