sábado, 6 de diciembre de 2014

ESOS OBJETOS CABRONES QUE NO QUIEREN SALIR

Las urgencias por cuerpo extraño son frecuentes, a menudo ridículas y en ocasiones comprometen la vida.

Los niños son sujetos que, cuando se aburren, se entretienen metiéndose toda clase de objetos diminutos en los oídos, en la nariz o en la boca, especialmente botones, monedas, granos de arroz, guisantes... Lo peor viene cuando cualquiera de ellos se aloja en la laringe o se queda atascado en el esófago; huelga comentar la super urgencia que se origina en estos casos.

Los adultos son más dados a atragantarse con trozos enormes de pollo, jamón, carne...También las espinas de pescado se quedan clavadas en las amígdalas o cerca de ellas. ¿De ahí el empeño de la gente de hoy de comer palitos de pescado libres de espinas?

Muy a menudo acuden pacientes con cuerpos extraños clavados en la córnea que provocan un dolor horroroso en el ojo.

Otro clásico es el anillo que no puede salir del dedo porque éste se ha inflamado o ha engordado y después de intentarlo con jabón o con un hilo enroscado en el dedo y viendo que el pobre apéndice coge un color berenjena  sospechoso, hay que recurrir a El Corte Inglés para que nos preste un corta-anillos porque en el Centro de Salud nunca hay ninguno.

En ocasiones los cuerpos extraños se descubren por Rayos X en estómago, pulmón o sitios inconfesables ( imperdibles, perdigones,botellas...).

Una tarde de verano llega una madre con su hijo de dos años en la sillita de paseo.
_ Vengo de urgencia con el niño porque se ha puesto el cubo de plástico en la cabeza y se lo ha calado hasta la barbilla. No soy capaz de quitárselo.
Sí, sólo se veía un cubo amarillo con un cuerpo debajo sentadito en su silla. La madre tenía miedo de arrancarle las orejas si tiraba fuerte. Nuestro celador aplastó por los lados suavemente el cubo y deslizándolo hacia arriba salió sin más complicaciones. La mamá aplaudiendo y el niño con una cara de susto que le duró dos días.

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