Las razones por las que hace tiempo que no escribo en el blog son diversas, pero la principal es que he cambiado de Centro de trabajo y he estado algo atareada.
Como una novia el día de su boda antes de iniciar una nueva etapa de su vida, me fui con los cuatro amuletos que marca la tradición: algo viejo (el maletín), algo nuevo (la bata), algo prestado (el otoscopio), algo azul (grapadora y bolígrafos).
Los gitanos dicen que para que las cosas salgan bien en el futuro, los inicios no deben ser buenos, y debe ser por eso que yo he entrado en el nuevo Centro de Salud ¡COMO UNA MALDICIÓN GITANA!.
La oganización del trabajo es tal que estás atendiendo urgencias día si y día también. ¡Y yo que creía que me trasladaba a un sitio más tranquilo! . Lo cierto es que he protestado como una gallina cuando le retuercen el pescuezo, he hablado con quien tenía que hablar y las cosas parece que se van arreglando.
Las urgencias del Centro nuevo no varían en nada con respecto al Centro anterior, pero como la población es de un nivel socio-económico algo más alto se produce una relación directamente proporcional :
A población más formada ------------Urgencias más tontas
Lo que también he comprobado es que un gran número de mis nuevos pacientes tienen hipotiroidismo autoinmune y cardiopatía isquémica. Aparece otra relación directamente proporcional:
A población más formada ----------Más responsabilidades-----------Más stress
De los nuevos compañeros, decir que, aún no los conozco lo suficiente como para tener una opinión sólida, pero si que la tengo de los que dejo atrás: los mejores con los que he trabajado nunca, personas buenas, sin dobleces y con las que te puedes reír de todo y de todos, incluidos nosotros mismos.
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